martes, 9 de junio de 2009

María gatuna

Es bien sabido que soy la madre Teresa de Calcuta en cuanto a los gatos respecta, desde pequeña recogo michinos desvalidos abandonados en la calle y les busco refugio o los termino adoptando (aunque a algunos los he llevado a la muerte por ignorancia o por torpezas).
Estando en Puebla hice amistad con una señora que se volvió mi compañía y mi paño de lágrimas por muchos meses, ella me regaló a Lola María que resultó ser Lolo Marío, pero hace poco más de dos meses uno de sus hermanitos se enfermó de gravedad y en mi afán de salvarlo lo llevé al veterinario, le inyectaron y aparentemente mejoró, pero con el paso de las semanas dejó de caminar, lo cual es extraño porque una inyección por muy mal puesta jamás va a dejar paralítico completamente a un animal, el caso es que muy enojada la señora y con justa razón me reclamó la salud del gato por lo que me lo llevé nuevamente a revisar pero ahora con otro veterinario.
Diagnóstico: un golpe en la columna vertebral que le lastimó, una patada, una caída o lago parecido
Pronóstico: no volverá a caminar
Tratamiento: -cirugía con una probabilidad del 50% de que vuelva a caminar (barata como 15mil pesos!)
- una silla de ruedas que le permita desplazarse relativamente cómodamente (aún no sé como hacerla!)
- dormirlo profundamente y no dejarlo despertar (bububub, hoy lo iba a hacer y no pude, no tuve el corazón para hacerlo)

Me da tristeza verlo arrastrarse, soy un poco mala para cuidarlo y le están saliendo llagas de estar en el piso, lo baño todos los días y aún así huele un poco feo porque no controla esfínteres, le hago piojo y lo cargo como bebé cada que puedo, lo acaricio y le platico, me mira con tanto cariño que me parte el alma. Es un ser indefenso que no sé si fue por mi culpa o no, pero que lucha día a día por seguir vivo.

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