jueves, 26 de mayo de 2011

Y al final

A lo largo de la vida de cada persona se cometen infinidad de errores, algunas personas no se dan cuenta de ellos y viven cada día sin imaginar lo que el destino, la vida o quizá uno mismo se lo depara.
Hoy mi tía está incapacitada de todo lo que nos hace "humanos" es incapaz de pensar, de hablar correctamente, de articular oraciones, de contestar preguntas; es incapaz de ponerse de pie, de tomar un tenedor en sus manos, de usar un baño; perdió hasta la dignidad porque alguien más debe asearla, alimentarla por un tubo, cambiarle un pañal.
Hoy está en manos de los pocos que aún  somos su familia, y sin quererlo de personas que se han acercado a darnos una mano, que se han apiadado de ella y la miraron como un ser humano, a diferencia de gran parte de la familia que considera que su maldad a lo largo de su vida debe ser cobrada, que aquellas personas que ella lastimó, son mártires de por vida y justifica su falta de piedad y su incapacidad de perdonar.
Ignoro si nuestras malas acciones se pagan en ésta o en otra vida y si las buenas acciones se premian de la misma manera, pero lo que si sé, es que mi tía es un ser humano que está sufriendo, que merece que se le trate con amor y que por el poco o el mucho tiempo de vida que le quede, tenga una estancia digna en éste mundo, y de la misma manera tenga una buena muerte.

martes, 24 de mayo de 2011

Diccionario de vida

Pañales predoblados de máxima absorción, pañales con resorte, silla de baño, silla de ruedas, jeringas de 20 o 50ml, pomada de la campana con sulfatiaxol, fisioterapueta, neurólogo, internista, psiquiatra, enfermeras.......la vida de una persona puede quedar resumida a esas palabras diarias, un sillón, una cama, volteate, acomódate, cómo estas...y 58 años perdidos en la inconsciencia.

domingo, 22 de mayo de 2011

Tan sólo el comienzo

Martes 3:30 de la tarde, afuera del aeropuerto aguarda la ambulancia en silencio, sin luces oculta lo que se desataría minutos más tarde. Abren las puertas de llegada y en una silla de ruedas aparece una pequeña mujer sentada, los ojos puestos en el vacío, la carne colgando de los huesos, los labios sin vida, yo conozco esa cara, yo conozco esa voz perdida, pero ella, esa mujer sentada, esa mujer que perdió su realidad, esa mujer que miro ahí destruida en una silla ya no es mi tía.

martes, 3 de mayo de 2011

De costumbres y manías

Mientras aplastaba una mosca con la cortina contra la ventana, me quedé pensando en las extrañas manías y algunas cosas raras que me gusta hacer, aplastar una mosca contra la ventana usando la cortina me encanta, las persigo hasta que se metan ahí o también disfruto aplastarlas contra las paredes con un matamoscas (pobrecitas moscas). Leo cuanto papel me cae en las manos, arrebato los folletos y las propagandas las levanto del piso, ni hablar de los libritos que te dan en el súper.
No suelo comprar refrescos, pero si llego a tener una botella de un refresco negro, hasta no verle fondo, puedo desayunar, comer y cenar con él. No duermo bien si no tengo calcetines puestos aunque no traiga nada más. Me rasco la cara como gato y si tengo mucho sueño, ronco igual que uno.
Sentada a la mesa no me acomodo a menos que doble una pierna, o me siente sobre ambas, no sé sentarme derechita y correctamente en la silla. Cuando compro despensa, todo debe ir acomodado a la hora de pagar, primero los limpiadores, jabones, artículos personales, del hogar, luego cajas de leche, latas, tetrapak, pastas, y al final verduras o frutas, pan y huevo (por eso mi sacrosanta madre odia ir al súper conmigo).
No cabe duda que debo tener muchas más que por ser tan cotidianas no las puedo ubicar, pero de que soy un estuche de monerías es tan cierto como que la luna es de queso.