Cuando María era niña no había televisión en casa, la primera "caja idiota" apareció cuando tenía alrededor de 10 años, (explicación: no querían que nuestras mentes se llenaran de idioteces). Pero ni así existían las tardes perdidas frente a imágenes preelaboradas ya que se les ocurrió la brillante idea de ponerle un candado con una llave especial, la cual he de confesar poco después pudimos clonar y burlar dicho candado.
Así que sin televisión, las tardes las pasaba en compáñia de una radio de onda corta con la hora de Juan Gabriel y dos paredes llenas de libros a mi entera disposición, lo primero que leí cuando por fin aprendí a hacerlo fue la colección entera de Mafalda, seguido de todas las novelas clásicas existentes para niños, Mujercitas, Marcelino pan y vino, Mobydick, El príncipe y el mendigo, etc, etc, etc.
Peeroooooooo, también tuve a mi alcance libros poco apropiados para mis edades, novelas fantasiosas de ficción, de romance, de erotismo, de sexo, Isabel Allende, Milán Kundera, Otilia Rauda, etc.
Eh ahí dónde esta el problema, leer tantos libros me llenó la cabeza de ideas románticas (decía Milan Kundera que lo bueno del sexo no era el acto en sí, sino el dormir al lado de alguien tomado de la mano) de raras percepciones de como debe ser el mundo y las personas que le habitan, me crearon un mundo alterno, una visión de la realidad un poco diferente que siempre termina por chocar con el mundo real....
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