lunes, 13 de abril de 2009

María en sus días

Moría de ganas de salir de mi encierro y de la soledad de 4 paredes, salí corriendo de Puebla el día que pude circular y vine al defectuoso dejando casa cerrada, mis niños con muchísima comida, agua y con la bendición a lo que por a hora es mi "hogar". Manejé la carretera que a pesar de haberla recorrido ya varias veces aún me pone muy nerviosa y las curvas me dan mucho miedo todavía, pero las ganas de llegar fueron más poderosas.
He dormido en dos casas diferentes, convivido con dos familias diferentes, y he pasado muchos días rodeada de gente que quiero y me quiere mucho, sin embargo ya quiero regresar a "casa", es irónico, no me gusta mi soledad, María es un ser que necesita estar rodeada de gente, poder hablar hasta los codos y realmente me la paso del trabajo a la casa, al súper o al cine, pero es poco lo que salgo y más poco lo que convivo con gente estando allá, pero extraño mi colchón, la regadera, la cocina, el olor de la casa, mis cosas, el megacable, la TV, mis niños no sé como están, no sé si se encuentran bien y no he querido preguntar, mas bien no me he atrevido a preguntar por su estado, extraño mi espacio....no me gusta estar ahí, no me gusta mi vida ahí, pero acá no me siento tampoco cómoda, de pronto no soy de ningún lugar...quedé de visitar a mucha gente y al final casi no vi a nadie, los pocos que vi remarcaron mi cambio, me hicieron prometer que no me dejaría vencer, que no perdiera de vista mis sueños...mmmmmm mis sueños, estoy segura de unos pero creo que perdí otros y esos no sé como rehacerlos y a mi ver eran los más importantes para mi desarrollo personal.
Recorrí viejas calles, aún venden gardenias en la misma esquina, el vendedor de dulces y chicles es el mismo señor, con el mismo sombrero, en el mismo semáforo, pasé por viejos lugares llenos de recuerdos, visité viejos hogares y de pronto pareció que el tiempo no había transcurrido, que jamás había salido de allí, pero a la vez me sentí una extraña en un mundo en el que ya no pertenezco.
Hice despensa en la "comer", si ya sé, también hay comers en Puebla, pero por alguna extraña razón no me gusta ir ahí, así que me paseé horas en la que solía ir desde pequeña, no ha cambiado mucho y aún existe el lugar donde nos compraban un mordisco después de comprar la despensa cuando niños
Me invaden demasiados sentimientos encontrados, ganas de salir corriendo, ganas de regresar, ganas de quedarme, ganas de huir, se mezclan la nostalgia con los recuerdos, las alegrías con las tristezas, lo que fui con lo que soy.....

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