Noche sushera

Era viernes por la noche y en lugar de la acostumbrada botella de vino entre las vecinas decidimos sacar nuestras nalguitas del fraccionamiento, dejar a los hijos abandonados y cenar algo ligero afuera, después de una hora de zumba había que recuperar todas las calorías perdidas.
Ante el dilema de dónde ir, sugerí visitar un restaurante nuevo de suchi (como dicen por aca) que originalmente era un localito por el que no daba uno ni cinco pesos pero que preparaban bien el sushi y la ensalada de tampico era buena, supongo que como toda empresa decidieron crecer y expandir negocio, ahora es un gran restaurante con zonas de balcón para fumadores, zonas con música en vivo y zona de comer......
Ya sentaditas ordenamos cada quien y para variar la borrachita de mi vecina y yo decidimos aventurarnos con una bebida llamada Geisha....debí pedir el orgasmo! estaba asquerosamente dulce y eso que me precio de gustarme las cosas exageradamente dulces! con vodka sepa su que marca y sabía horroroso!
Más de media hora después de espera por fin llegó la comida que afortunadamente sigue siendo de buena calidad porque el servicio dejó mucho que desear, y entre chiste y burrada pasa una muchacha con una cámara tomando fotos para la socialite....y tal como se lo imaginan, pasó de largo por donde nos encontrábamos sentadas, obvio! puras fotos de niños nice, cómo van a sacar fotos de 4 ancianas en un restaurante de moda!!!
Ni hablar, cuando llega la cuenta otra media hora después por alguna rara razón no salían los números hasta que voy viendo que nos estaban cobrando el 10% extra por concepto de mesereada, qué no se supone que la propina es opcional???? Ahí va María sacando su lado chilango a rezongar por un cobro indebido, aunque finalmente terminamos pagándolo de todas maneras, salimos con la firme decisión de no regresar nunca más al restaurante Sun Land en Hermosillo Sonora, ( goool negativo).
Pésimo y lento servicio, no es apto para señoras de más de 30 años, y se cobran la propina sin preguntar si está uno de acuerdo, ni modo, no hay como una botella en casa con botana.