viernes, 2 de octubre de 2009

Alta alcurnia

Cómo odio ir a fiestas con viejas pedorras!!! si si, leyeron bien....pedorras!!! y no precisamente de esas que comieron demasiados frijoles, no, de ésas que desde que les ves la cara te das cuenta que lo único que saben hacer es estirar la manita y hablar del lindo marido que tienen, de lo maravilloso que es cuidar a sus 3, 4 chamacos y de los cafés en los que se encontraron con fulanita y perenganita y que si el viaje al otro laredo...etc...etc...
No encajo definitivamente en esos mundos, de entrada mi naquez sale a flote en cuanto me ponen un pedazo de pizza enfrente y me lo arrempujo sin mayores remordimientos, mientras las demás hacen cara de iiuugg: grasa!!, y acabo haciendole el feo a la ensalada mientars ellas se la comen con singular alegría (si no soy rumiante!!), y luego llega mi cría a decirme cual niño le gusta y lo primero que hago es ponerme a preguntarle como otra niña, que que le vio, si esta buenote, si es simpático, en fin, todo ello mientras las demás mamás me ven con cara de bicho raro....ya lo sé, siempre lo he sido, es extraño cuando logro encajar en algún lugar con puras féminas.
No sé de que hablar, no puedo hablar de cosas del doctorado porque así como decía una vecina, no suelo hacerle notar su ignorancia a los demás, tampoco de novelas porque no las veo (claro que últimamente es lo único que hay), de los hijos tampoco, sólo tengo una y ya creció, así que sólo me quedo observando a los niños jugar.
Se me hacen eternas las horas con las viejas pedorras!!!!!
Que diferencia llegar a casa con las vecinas, chamacos corriendo sin control, vino con fruta y disfrutar lo nublado del cielo porque la luna se perdió entre las nubes de hoy.

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