jueves, 26 de mayo de 2011

Y al final

A lo largo de la vida de cada persona se cometen infinidad de errores, algunas personas no se dan cuenta de ellos y viven cada día sin imaginar lo que el destino, la vida o quizá uno mismo se lo depara.
Hoy mi tía está incapacitada de todo lo que nos hace "humanos" es incapaz de pensar, de hablar correctamente, de articular oraciones, de contestar preguntas; es incapaz de ponerse de pie, de tomar un tenedor en sus manos, de usar un baño; perdió hasta la dignidad porque alguien más debe asearla, alimentarla por un tubo, cambiarle un pañal.
Hoy está en manos de los pocos que aún  somos su familia, y sin quererlo de personas que se han acercado a darnos una mano, que se han apiadado de ella y la miraron como un ser humano, a diferencia de gran parte de la familia que considera que su maldad a lo largo de su vida debe ser cobrada, que aquellas personas que ella lastimó, son mártires de por vida y justifica su falta de piedad y su incapacidad de perdonar.
Ignoro si nuestras malas acciones se pagan en ésta o en otra vida y si las buenas acciones se premian de la misma manera, pero lo que si sé, es que mi tía es un ser humano que está sufriendo, que merece que se le trate con amor y que por el poco o el mucho tiempo de vida que le quede, tenga una estancia digna en éste mundo, y de la misma manera tenga una buena muerte.

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