martes, 3 de mayo de 2011

De costumbres y manías

Mientras aplastaba una mosca con la cortina contra la ventana, me quedé pensando en las extrañas manías y algunas cosas raras que me gusta hacer, aplastar una mosca contra la ventana usando la cortina me encanta, las persigo hasta que se metan ahí o también disfruto aplastarlas contra las paredes con un matamoscas (pobrecitas moscas). Leo cuanto papel me cae en las manos, arrebato los folletos y las propagandas las levanto del piso, ni hablar de los libritos que te dan en el súper.
No suelo comprar refrescos, pero si llego a tener una botella de un refresco negro, hasta no verle fondo, puedo desayunar, comer y cenar con él. No duermo bien si no tengo calcetines puestos aunque no traiga nada más. Me rasco la cara como gato y si tengo mucho sueño, ronco igual que uno.
Sentada a la mesa no me acomodo a menos que doble una pierna, o me siente sobre ambas, no sé sentarme derechita y correctamente en la silla. Cuando compro despensa, todo debe ir acomodado a la hora de pagar, primero los limpiadores, jabones, artículos personales, del hogar, luego cajas de leche, latas, tetrapak, pastas, y al final verduras o frutas, pan y huevo (por eso mi sacrosanta madre odia ir al súper conmigo).
No cabe duda que debo tener muchas más que por ser tan cotidianas no las puedo ubicar, pero de que soy un estuche de monerías es tan cierto como que la luna es de queso.

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