domingo, 22 de mayo de 2011

Tan sólo el comienzo

Martes 3:30 de la tarde, afuera del aeropuerto aguarda la ambulancia en silencio, sin luces oculta lo que se desataría minutos más tarde. Abren las puertas de llegada y en una silla de ruedas aparece una pequeña mujer sentada, los ojos puestos en el vacío, la carne colgando de los huesos, los labios sin vida, yo conozco esa cara, yo conozco esa voz perdida, pero ella, esa mujer sentada, esa mujer que perdió su realidad, esa mujer que miro ahí destruida en una silla ya no es mi tía.

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