Llegué a Guanajuato con dos uñas menos, la panza vacía, las nalgas planas, y rezongando por el compañero de viaje que me tocó de Guadalajara a León, apestaba a crudo, birria, niño fresa con nextel que a cada rato le sonaba y que además tuvo la desfachatez de verme con cara de fuchi cuando me senté a su lado.
Comí unos esquites como dios manda, con muuuucha mayonesa!!!!!, me abstuve de pasar por el callejón del beso y recordé viejos tiempos cuando pasó la estudiantina en la callejoneada........(suspiro).
Lunes abrí los ojos y brinqué de la cama, desayuno calientito y en la mesa no se desprecia! y a buscar donde reponer las pérdidas del día anterior, no contaba con que la ciudad está sobre un cerro y tiene subidas y bajadas en calles empedradas y que si me dan dos vueltas en mi casa ya me perdí, los zapatos de tacón y las pasadas de la parada donde debía bajarme fueron el acabose!
Mañana a León.
Nota personal: comprar unos zapatos bajos!!!
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